viernes, 14 de agosto de 2009

El Gallo - Apuntes

Después de La Gallina, la segunda obra que escribí para el libro fue El Gallo. En ese tiempo, 1965, llegaban al Perú la revista “China Reconstruye” y el boletín informativo “Pekín Informa”. La Gran Revolución Cultural estaba por darse; entre el 65 y 66 empezó. En una de las revistas encontramos un relato que cuenta una historia sobre la opresión feudal, los campesinos pobres de China antes, claro, de la revolución. Es ese, pues, el argumento de la obra El Gallo. Campesinos pobres y oprimidos a los que se hace trabajar largas jornadas y que cuando canta el gallo tienen que levantarse. El gallo canta cada vez más temprano, siempre más temprano. el terrateniente feudal tiene un “capataz” como lo llamamos acá, que es el que luego del canto del gallo hace levantar a gritos a los campesinos: “levántense flojos, indios perezosos!¡levanten ese cuerpo de piedra! Así es el contrato. El gallo es el reloj. Si demoran perderán el jornal, no les pagaremos nada. ¡Al que madruga Dios le ayuda!”
Estaba en ese tiempo en Huamanga el poeta Antonio Cisneros, quien organizaba coloquios literarios. Trabajó un año en la universidad ayacuchana. Estaba también, durante ese año, un joven director de teatro, Oscar del Risco, quien había estudiado en Alemania y había estudiado en el teatro de Brecht. Ahí cuando empecé a comprender lo que ya había leído de y sobre Brecht respecto al texto teatral brechtiano y a su forma de decirlo en el escenario. Cuando hicimos una obra con Oscar es que entendí mejor cómo era la mecánica y la dialéctica de la puesta en escena de Brecht.
Así, como decía, estuvimos debatiendo todo eso con Antonio y Oscar y un día, después de leer la historia o relato de los campesinos pobres en China, nos dijimos: ¿Qué tal si escribimos una obra de teatro? Ya, pues. En una semana lo podemos hacer. La próxima semana, entonces, tal día, a tal hora, aquí vamos a vernos. Yo empecé a trabajar y salió “El Gallo”. Antonio, le preguntamos, ¿y tu obra? No, no la he escrito. En “El Gallo” yo traté de aplicar algo de las técnicas de Brecht. Y comprendí, por ejemplo, en la propia aplicación de una obra, su idea de lo típico, que es cualquier hecho o personaje históricamente significativo para el progreso de la humanidad, es decir, según Brecht, para el socialismo. Lo hice con personajes campesinos del Perú y con las formas y los medios propios de nuestra realidad.
Esa obra se puso por primera vez en Lima en el año de 1966 y en el teatro La Cabaña por el Teatro Universitario de San Marcos con dirección de Hernando Cortés. ¿Por qué fue montada por el Teatro Universitario de San Marcos? Porque esa obra yo la había presentado a un concurso que convocaron en esa institución sanmarquina. La presenté, ganó el primer premio.
Apuntes del autor Julio 6 del 2008

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